Los ojos de Shannon brillaban con crueldad. Avanzó y agarró del cuello de la camisa a Micah y dijo recalcando las palabras:
―Sé que Sofie quería que soltarais a Yvette. Pero eso es asunto vuestro y no me incumbe. Si os atrevéis a decirle que sí, yo detonaré una bomba de manera que me hunda con vosotros. No importa si eres tú, Holden o Bailey. Ninguno de vosotros puede impedir que destroce a Yvette en mil pedazos para vengarme por lo de Eugene.
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