«No me importa el niño en el vientre de esa mujer, ni aunque sea un Shurmer. Siendo la heredera de la familia Hoffman, esa perra tiene unos antecedentes complicados. Aunque la familia Shurmer no tiene motivos para temer a la familia Hoffman, ambos grupos tendrían pérdidas si se desata una guerra. No vale la pena eliminar a nuestro linaje por alguien que ni siquiera ha nacido todavía. Prefiero que mi hijo se case con una mujer sin trasfondo o posición social a que provoque a una familia de prestigio tan grande y antigua como los Hoffman. Hacer eso no es diferente a jugar con fuego y traer la muerte y la destrucción a nuestra familia. Además, nunca me gusto esa perra. No me importa que esté embarazada. Nunca se casará con alguien de la familia Shurmer con mi bendición» se juró.
Zeke la miró. Aunque la expresión en su rostro era inexpresiva, su mirada era gélida.
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