Artemis entornó los ojos para mirar a Bailey, pues la estaba evaluando; sin embargo, ella le ignoró y colocó uno de sus finos dedos bajo el mentón de Cadence para alzar la barbilla del hombre. En cuanto la punta de su dedo tocó la piel de Cadence, Artemis la apartó de inmediato.
―No toques a otro hombre —le advirtió él con voz firme.
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