Capítulo 264: Me he enamorado de ti

Por la tarde, Bailey regresó a la sede del Grupo Luther; sin embargo, en cuanto entró por la puerta, alguien se lanzó hacia ella como un huracán, y ella lanzó un puñetazo hacia delante por instinto. Apenas un instante después, un hombre salido de la nada la abrazó por la cintura. Entonces, y pese a que seguía estupefacta, retiró el puño, pues de lo contrario destrozaría el apuesto rostro de esa persona. En un abrir y cerrar de ojos, el hombre la abrazó con fuerza, y antes de que se diera cuenta, estaba atrapada entre su cuerpo y la pared. «Maldita sea, ¡eso ha dolido!» gimió Bailey para sus adentros cuando se estrelló contra el duro ladrillo. Incluso sus órganos internos parecían quejarse del impacto. «Menudo idiota descarado!» se indignó Bailey para sus adentros en cuanto vio de quién se trataba.