Como el segundo accionista más grande del Grupo Luther, Alistair juró que el Grupo Luther no finiquitaría a Bailey a menos que ella misma quisiera marcharse de la empresa.
Docenas de accionistas que tenían valores netos de decenas de billones tuvieron que disculparse con Bailey delante de los medios de comunicación. Sin duda, sus acciones colocaban a Bailey en un pedestal.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread