Después de terminar la llamada, Adán se volteó y vio a Lina ahogándose con el agua y tosiendo sin cesar. Así que se acercó y le dio unas ligeras palmaditas en la espalda mientras ella cerraba de inmediato el móvil. Desvió la mirada y preguntó despacio:
—¿De qué estaban platicando?
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread