Capítulo 975 Yo soy el ignorante
La comida con los padres de Sara fue agradable, en la que ambas partes entablaron una amena conversación, excepto Adán, que se sentó allí como un invitado no deseado. Aparte de ocuparse ocasionalmente de Lina, apenas habló durante toda la comida. Al principio, Sheila se sintió un poco nerviosa por su actitud distante, pero al concentrarse más en su conversación con Lina y Guillermo, poco a poco comenzó a ignorarlo.
Después de la comida, mientras iba al baño, Sara le susurró a Lina:
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