Capítulo 991 Aquí duele
Carolina levantó la manta y, soportando el dolor, salió cojeando del dormitorio. Abrió la puerta y, mientras se apoyaba en el marco, miró hacia fuera y vio que el pasillo estaba tranquilo y vacío. Al darse la vuelta, Carolina vio su maleta colocada justo fuera de la habitación. La tomó y se esforzó por avanzar.
Cuando por fin bajó las escaleras y llegó a la planta baja, estaba empapada en sudor y le dolían las heridas. Respiró hondo y levantó la barbilla, dispuesta a mantener la poca dignidad que le quedaba y abandonar aquel lugar. Iba a aceptar su autoexilio.
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