Capítulo 11 Zenón te estuvo buscando
—Exacto. Las chicas son más o menos así: tienden a guardarse sus emociones cuando están enojadas a veces, tratando de obtener la atención del hombre de otras maneras. Tal vez la Señora está esperando que usted la consuele al hablar de divorcio.
Adán rio de manera disimulada tras escuchar la suposición de Julio.
—En sus sueños. —«Ella debería conocer su lugar y deshacerse de una idea tan ridícula».
Julio continuó:
—Presidente Peralta, no creo que la Señora sea una persona que piense en el dinero. Cuando su padre estaba armando un escándalo en la compañía, ella dijo que su dinero no tiene nada que ver con ella. Incluso la abofeteó en el rostro.
Las cejas de Adán de juntaron de forma inconsciente.
—¿Está herida?
—Sí. Es bastante serio. Incluso le dejó una marca.
Después de un par de segundos de pensarlo, Adán dijo:
—Revisa de cuánto es la deuda. Dale el dinero y adviértele que se mantenga alejado de mi visa desde ahora. Regresemos a la compañía. —Solo eran las 3:10 de la tarde cuando dijo eso.
Adán se quedó viendo la camisa de rayas azules, que estaba colgada en el lugar más sobresaliente del dormitorio. Enfadado, decidió sacar a Lina y su camisa fuera de la casa si ella continuaba con su acto después de que él regresara de Gerlandia.
…
El tiempo pasó en un parpadeo. Era el día en el que la conferencia de prensa de Joyería Lux se iba a llevar a cabo. Lina estaba ajustando la medida del collar alrededor del cuello de su modelo, tras el escenario.
Javier fue con ella en ese momento.
—Mance, muchos diseñadores de renombre y nombres importantes están invitados hoy. Estoy seguro de que tu trabajo será el estelar y que muchos de ellos te conocerán ahora.
Ella sonrió.
—El honor le pertenece a Joyería Lux. Yo no soy nadie. —Su opinión era genuina, ya que nadie perdería el tiempo solo para ver el trabajo de una cualquiera de no ser por la influencia de Joyería Lux.
Resultaba que Sara estaba pasando por ahí y escuchó la conversación
—Lina, ¡ten más seguridad en ti misma! Es nuestro honor, ¿no es así, Señor Manzón?
Él asintió con una sonrisa.
—Tienes razón. No pudo hacerse sin la contribución de todos, de todas formas.
Una vez que se fue de la escena, Sara jaló a Lina de la mano y le dijo en voz baja:
—Lina, tengo algo que decirte, pero no vayas a enloquecer.
—¿Qué pasa?
—Vi a Zenón.
Pum.
La pinza para el cabello que Lina estuvo a punto de colocarle a la modelo, cayó al suelo.
Sara lo recogió, rápido.
—De hecho, te estuvo buscando. Como es tu regreso después de tres años después de ganar la Competencia de Diseñadores Emergentes, la Joyería Lux lo usó para atraer la atención del público. No hay duda de cómo encontró la manera de venir hasta aquí.
Le tomó a Lina un tiempo recolectar sus pensamientos, pero no supo cómo responder. Sara le dio una palmada en el hombro, como consuelo.
—No hay nada de qué preocuparse. No lo pienses demasiado. Solo ve con la corriente. Estás divorciada, de todos modos, así que, ¿por qué no empezar de nuevo tu vida?
—No es eso… Solo estoy pensando en la entrevista sobre Primer Amor.
Era una palabra tan adorable y tan sensible para quien sea.
Ella había estado de cuerdo para una entrevista con el equipo de la revista para discutir la inspiración de sus diseños mientras no hubiera preguntas relacionadas con su primer amor. Cualquier pregunta sin tacto podría causar que la gente involucrada tuviera problemas. Dejando de lado su matrimonio y su divorcio, sería un gran problema si Zenón tuviera novia y ella viera la entrevista.
Sara se dio una palmada en la frente cuando lo entendió.
—¡Tienes razón! Hablaré con los medios, por si acaso. No te preocupes, ¡yo te cubro!
A pesar de eso, Lina no pudo concentrarse para nada durante el resto de los preparativos.
…
Como Javier había mencionado, había muchas figuras conocidas atendiendo la conferencia de prensa, incluyendo a Óscar y a Adán, quien había regresado de su viaje de negocios a Gerlandia.
Incluso Javier estaba confundido de ver a Adán por ahí. «¿Por qué está aquí?».
Óscar sonrió al explicar la situación.
—Señor Manzón, escuché que Primer Amor es su colección principal y que sus diseños eran impresionantes, así que el Presidente Peralta vino a comprarla para su esposa.
Javier dejó salir una sonrisa triste, abandonando la idea de decir la verdad de que ninguno de los productos que iban a demostrarse en la vitrina estaban a la venta. Después de todo, no había necesidad de ofender a alguien con tanta influencia como Adán.
Sin embargo, si Adán insistía en comprarla después de la conferencia de prensa, Javier pensó que podría tratar de persuadir al diseñador.
—Por favor, adelante. La conferencia de prensa va a comenzar pronto.
Óscar asintió como respuesta.
—Claro. Adelante.
Ahora que Javier se había ido a otra parte, Óscar se giró a Adán.
—Pensé que no le agradaba su esposa. Esta serie se llama «Primer Amor», ¿no teme que se malinterprete su intención?
Adán respondió con aire casual.
—Eso solo significa que tiene muy alta estima de sí misma. Solo tengo ganas de comprarla.
Óscar se quedó sin palabras, ya que no le creía. «De ser verdad, ¿por qué vino hasta aquí desde el aeropuerto sin ir primero a casa? Puede comprar algo más como un cohete si de verdad tiene ganas de comprar algo».
Justo cuando estuvo a punto de replicar, notó a una figura familiar por la entrada.
—¿Esa no es Ana? ¿Desde cuándo regresó al país?
Adán echó un vistazo hacia ella antes de contestar:
—No lo sé.
En contraste con la apatía de Adán, Óscar estaba bastante interesado en ella, que estaba caminando de cerca detrás de un hombre, como su sombra. La mujer que siempre fue arrogante y orgullosa estaba actuando de una manera muy obediente para complacer al hombre.
Poco después, ella también los vio y jaló al hombre hacia allá para saludarlos.
—Adán, Óscar, ¿por qué están ustedes aquí?
—Tengo unos asuntos pendientes aquí —respondió Adán de manera taciturna.
Óscar estaba sonriendo.
—Ana, hace mucho no nos vemos.
—Sí. —Ella enganchó su brazo con el del hombre—. Bien, permítanme presentarlos, chicos. Él es Zenón. Lo conocí mientras estudiábamos en el extranjero.
Zenón retiró su brazo del de ella antes de estirarla hacia Óscar.
—Zenón Buenrostro.
Como era natural, Óscar le estrechó la mano.
—Ah, nos hemos visto antes. El Señor Buenrostro dijo que estuvieron fuera del país por tres años. ¿Acaban de regresar?
Zenón asintió antes de mirar a Adán.
—Presidente Peralta, he escuchado tanto sobre usted.
Después de que Adán estrechara su mano por cortesía, Ana por fin tuvo la oportunidad de unirse a la conversación.
—Así que se conocen. Zenón…
De repente, las luces se apagaron cuando ella estaba a mitad de oración. El anfitrión anunció:
—Damas y caballeros, por favor tomen asiento mientras la conferencia de prensa inicia.
AL notar los asientos vacíos frente a Adán y a Óscar, Ana jaló a Zenón.
—Zenón, sentémonos por allá.
Sin embargo, su único propósito de ir ahí era encontrar a alguien, por eso su excusa:
—Tengo algo más que hacer. Puedes ir a sentarte por tu cuenta.
Entonces, tomó asiento él solo, lejos de ella.