Capítulo 182 La ingrata insaciable
Ni un solo rayo de luz impregnaba la obscuridad de esa sala que estaba por completo negra. Aunque el agua helada solo le llegaba a Mayra hasta la cintura, lo que en verdad producía escalofríos, eran los desconocidos objetos viscosos que percibía nadando alrededor de sus pies.
—¡Ah! ¿Qué hay en el agua? ¿Cómo puede estar nadando así? Déjenme salir de aquí de inmediato —gritó Mayra asustada, mientras se agitaba en el agua, en un vano intento de ponerse a salvo.
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