Capítulo 1010 Una solicitud de Ivette
—Bien, soy una entrometida. —Ivette puso la botella de agua mineral en la mano de Jerónimo—. Puedes tomar esta botella de agua. No me importa si la usas o no.
Entonces, Ivette se dio la vuelta y se fue. Jerónimo miró la botella de agua mineral y se dio cuenta de que había perdido el control de su temperamento. De repente se sintió culpable por decirle esas cosas. Después de quedarse aturdido por un momento, Jerónimo por fin le quitó la tapa a la botella y vertió el agua mineral en su mano adolorida. El agua se sentía bastante fría al tacto. En ese momento, Jerónimo por fin sintió la frescura del agua y el dolor en la palma de su mano. Ivette había ido hasta allí para ver a Natalia. Sin embargo, el encuentro con Jerónimo la hizo sentir un poco triste. Aun así, no pudo evitar sonreír al ver a Natalia despidiéndose de Samuel.
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