Capítulo 119 La herida abierta
Samuel era muy seductor. Tal como dijo, no dejó que Natalia hiciera ningún movimiento. En vez de eso, comenzó a desabrocharse la camisa, dejando al descubierto sus sensuales clavículas.
Su rostro impecable y su cuerpo perfecto hicieron que la sangre de Natalia se acelerara. Era la primera vez que se sentía tan cautivada por un hombre. Solo volvió en sí cuando sintió que él le mordía los labios una vez más.
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