Capítulo 904 Una persona inquietante, segunda parte

Las manos de los dos hombres estaban empapadas de sangre fresca. La herida abierta les dolía tanto que casi pensaban que estarían mejor muertos. Además, los dos hombres sabían que esto era solo el principio, y que pronto sufrirían todavía más. Después apartar a aquellos hombres como si fueran muñecos de trapo, Samuel se dirigió al Porsche. Luego, lo abrió y sacó a la mujer inconsciente con paso firme. Uno podría describir a Samuel como un hombre despiadado por la forma en que peleó antes. Sin embargo, parecía un hombre diferente con la mujer en sus brazos. Era como si llevara al bebé más precioso del mundo. Él colocó a Natalia con tranquilidad en el asiento del copiloto de su Rolls-Royce y le abrochó el cinturón de seguridad antes de tomar el asiento del conductor. En cuestión de segundos, encendió el motor y arrancó.