Capítulo 1344 Por el bien del decoro
—Hmph, te conozco. Fuiste tú y esa mujer quienes arruinaron a nuestro querido Cuatro. —Keyla despreciaba a Selma y, por extensión, también aborrecía a Verónica.
Cada vez que pensaba en las dificultades que Silvano había soportado recientemente, sentía una profunda preocupación. Al escuchar sus palabras, el Señor Rubio, que estaba cerca, miró a Mateo, que estaba a un lado. Al notar que su expresión cambiaba ligeramente, el Señor Rubio sintió cierta inquietud.
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