Los ojos de Verónica se iluminaron al escuchar las palabras de Melisa. Su humor mejoró al instante.
—¿Cómo podría? Yo cumplo mis promesas. —Era tan fácil ganar dinero así. Verónica no había pensado que Mateo pudiera ser utilizado como una gallina de los huevos de oro. Tendría que aferrarse a él para esto en el futuro.
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