Capítulo 555 ¡Qué desvergonzada eres!
Al cerrarse la puerta, el dormitorio volvió a quedar a oscuras. Cuando Sandra volvió a ponerse su fino camisón, pronto se dio cuenta de que la tela no era suficiente para cubrir su cuerpo desnudo, por lo que tuvo que buscar un pijama y cambiarse.
Por fin, encendió la lámpara de la mesilla de noche, y el oscuro dormitorio fue sustituido al instante por una luz cegadora. Verónica se encontró con los ojos de Sandra después de adaptarse a su entorno.
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