Capítulo 361 Melisa en verdad tiene un gusto fuerte
Mónica tenía la voz entrecortada por las lágrimas y los ojos tan llorosos que estaban inyectados en sangre. En ese momento, parecía muy desorientada. Cuando Verónica la conoció, todavía era una mujer intelectual, elegante y hermosa. Sin embargo, no esperaba que Mónica terminara en un estado tan miserable después de no verla durante medio mes.
—Selma, ¿te importaría acompañar primero a Mónica? Todavía tengo algunos asuntos urgentes que tratar. Iré a verlas, chicas, más tarde.
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