Capítulo 473 Volviéndose el uno contra el otro
Mateo ignoró a Sandra; en su lugar, miró fijo a Verónica, esperando a que respondiera, fue esta actitud suya la que hizo que Verónica se sintiera aún más molesta. Esa mirada interrogativa en su rostro era como si no fuera a dejarla ir si ella no podía darle una explicación razonable, ante algo tan familiar y grabado en su mente, no pudo evitar pensar en lo que ocurrió aquel día en la montaña de Hierba.
Pensó en lo apasionados que eran y en la angustia que sentía ahora mismo, miró al hombre sin pestañear; sus dedos, que sujetaban la bolsa, empezaron a temblar un poco.
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