Capítulo 688 Es mi culpa
La pareja procedió a tener otra deliciosa sesión, casi extracorpórea, que llevó a Verónica a un pico tras otro, tuvo que admitir que Mateo tenía una gran resistencia, cuando terminaron, cargó con la agotada mujer, se ducharon juntos antes de llevarla de nuevo a la cama.
Finalmente se despertó tras una breve siesta, con los brazos alrededor de su cintura, la abrazó con fuerza, como si temiera que se marchara en cuanto ella lo soltara.
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