Capítulo 786 Pruebas falsas
—¿Cómo te atreves? Cometiste un crimen en nuestro palacio y envenenaste a mi hermano. —Domingo sostenía la taza de café con sus delgados dedos, y su tono era tan tranquilo y ligero que Estefanía no podía descifrar sus emociones. Sin embargo, el aura dominante que emanaba de su cuerpo la hizo temerle.
—Por favor, perdóneme, príncipe Domingo. Soy inocente. Por favor, perdóneme. Mientras me perdone, le contaré todos los planes del Príncipe Zac.
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