—¡Hmph! Eso es porque eres idiota. Los años que has pasado aprendiendo esas habilidades de mí se han ido por el desagüe. No vuelvas a declararte mi discípulo; ¡no puedo permitir que me humilles así! —Cházaro resopló con frialdad y respondió con cara de asco mientras fumaba en pipa.
Verónica lo fulminó con la mirada.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread