Capítulo 746 ¿No es hora de que corrijas tu dirección?
Tras alejar a Adán, Lina sostuvo al pequeño en brazos y lo consoló durante un rato. Cuando los párpados empezaron a pesarle, abrió los ojos de mala gana un par de veces, y luego se acurrucó en el abrazo de Lina antes de quedarse dormido.
En ese momento, ella lo colocó con suavidad sobre la cama y lo cubrió con una manta. Luego, revisó fuera de la habitación, pero Adán no estaba a la vista.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread