Capítulo 668 Dispuesto a ser sacrificado
Lina no leyó más y los cerró. Mirando al hombrecillo radiante de la pantalla, no pudo evitar sonreír mientras su estado de ánimo aumentaba. Tenía la intención de visitar Jacarandas cuando regresaran esta vez. Aunque no pudiera reunirse con el pequeño, con solo mirarlo desde lejos sería suficiente. Poco después, Lina comenzó a sentir sueño. Revisó la hora y se dio cuenta de que ya era tarde. Por lo tanto, se fue a la cama sin esperar a Adán.
Más tarde, esa noche, se sintió aturdida en los brazos de alguien después de que ya se había quedado dormida. Quizás porque durmió tanto los dos días anteriores, Lina se despertó temprano a la mañana siguiente, cuando el sol acababa de salir. Poco a poco se sentó. Desde lejos, los rayos del sol brillaron a través de la ventana y cayeron sobre el rostro de Adán, haciéndolo arrugar un poco la frente.
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