Capítulo 544 Dejar una buena impresión
Adán miró a la mujer en la cama y se relamió. Unos instantes después, bajó la cabeza y continuó con su trabajo, a medida que pasaba el tiempo, pronto se escuchó a Lina respirar estable, Adán se puso en pie y apagó las luces, dejando encendida sólo la lámpara de cabecera.
De pie junto a la cama, contempló a Lina un momento antes de levantar suave un lado de la almohada y sacar el dibujo, en cuanto vio una tortuga dibujada en el trozo de papel, se quedó sin palabras, muy molesto, dobló la espalda y pellizcó la nariz de Lina, fue hasta que a ella le costó respirar que la soltó. Susurró:
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