Capítulo 353 Sabía que no me perdonarías
Lina terminó de trabajar alrededor de las tres de la tarde. Después de ver su reloj y a su despacho para asegurarse de que no había nada más que hacer, tomó sus cosas y se dirigió a la puerta. Ahora que sabía dónde vivía Celia, podía ir directo a su casa. Por supuesto, aunque Celia se fuera, sus vecinos de seguro sabrían algo de dónde fue. Sin embargo, justo cuando llegaba a la puerta, apareció ante ella una figura familiar. Carlota le sonrió con torpeza. Lina se detuvo y saludó:
—Señorita Buenrostro.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread