Capítulo 331 Abandonar mi obsesión
Poco después de que Lina se marchara, empezó a llover a cántaros. Las gotas de lluvia golpeaban el cristal que tenía delante. Teniendo en cuenta que no tenía auto propio antes del regalo de Adán, era lógico suponer que no conducía a menudo. Sin embargo, conducía mucho más despacio de lo habitual debido al atasco provocado por la lluvia torrencial. Había pasado más de una hora cuando llegó a la Residencia Cardona. Cuando su auto cruzó las puertas de la Residencia Cardona, pensó para sí misma.
«Si Adán no me hubiera dado este auto, hoy habría tenido que caminar bajo la lluvia torrencial».
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread