Capítulo 362 Una pizca de lástima

«Que me digas “Santiago” suena demasiado formal para mi gusto. Tenemos más confianza». Hubo algo en la manera en que dijo esas palabras que me rompió el corazón. Nunca antes lo había visto tan vulnerable. Me estaba mostrando su dolor, exponiéndolo ante mis ojos. En el momento en que me di cuenta de eso, me invadió la culpa. Le tomé la mano sin decir nada mientras comenzaban a brotar lágrimas de mis ojos. —Lo siento. Maya lo hizo porque... —Comencé a disculparme. Ella lo había hecho por mí, porque le había contado mi historia, mi resentimiento y todo el odio que había acumulado contra Elisa, y por eso yo era la mente maestra detrás de aquella tragedia a pesar de no haberla asesinado con mis propias manos.