Capítulo 475 ¿Puedo invitar a un allegado?
Ya llevaba mucho tiempo en la habitación de Roberto, pero Santiago aún no había llegado al hospital. Estaba ansiosa por verlo. Saqué el móvil y le envié un mensaje. «¿Cuándo llegas?». Santiago respondió: «Hay mucho tráfico. Por favor, espérame un poco más». Me levanté de la silla y me acerqué a la ventana. Fuera del edificio reinaba el silencio, ya que solo pasaban algunas personas. Al ver mi expresión, Roberto se burló de mí.
—¿Esperas a tu marido o algo así? Cualquiera diría que eres adicta a él —me dijo.
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