Capítulo 238 Secuestrada
La madre de Santiago ya me había dicho un par de veces que me parecía mucho a mi madre. Al mirarla de frente, sentí que veía a mi yo del futuro. Estaba casi convencida de que así es como me vería dentro de al menos unos diez años. Me adelanté y me senté al lado opuesto de ella.
—¡Traje a Regina para que la conocieras, justo como me lo habías pedido! Ustedes platiquen un rato. Iré a mi habitación a cambiarme el atuendo. Regreso en breve —dijo con consideración.
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