Capítulo 347 Tú sí que sabes cómo afianzar una amistad
Cuando Santiago se fue, me quedé en la cama, un poco aburrida y sin poder creer aún que él conocía a Silvio. Ese día se iba a encontrar con él y con Raúl, ¡los dos hombres que estaban fastidiando a Maya!
De pronto, recordé que el gabán negro, con el que Santiago me había envuelto más temprano, había quedado tirada junto a la piscina de aguas termales, por lo que me levanté para ir a buscarla. Cuando la traía hacia la habitación, me di cuenta de que su teléfono estaba en el bolsillo de la prenda. Al sacarlo, la pantalla se iluminó y vi una notificación que decía que había mensajes nuevos de Lucas. Siempre me habían intrigado los mensajes que Lucas le enviaba a Santiago, y el hecho de que él nunca le pusiera contraseña al teléfono aumentaba mi curiosidad, por lo que, al final, presioné la notificación.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread