Capítulo 509 Gina, blanco de mi fe
Éramos una pareja. Confiábamos el uno en el otro, y yo no le ocultaba nada. Y él tampoco a mí. Me enorgullecía de eso, pero nunca lo había oído llamarme «querida» ni una sola vez. Santiago apartó la mirada e intentó cambiar de tema diciendo:
—Ezequiel iba a volver a Bristonia aquel año, pero se lo impedimos. Y por eso nos guarda rencor. Lo único que lo alegraría sería que perdiéramos lo que más nos importa. A ti no te atacará, pero no puedo afirmar lo mismo de Maya.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread