Capítulo 504 Esa maldita posesividad
Al final, él me presionó contra el suelo en cuanto terminó de hablar. Aunque ambos disfrutamos la experiencia, me sentí bastante avergonzada porque intenté posiciones que nunca antes había hecho. Me daba mucha vergüenza recordarlo, así que, en cuanto volvimos a la cabaña, me escondí debajo de las sábanas. Mientras tanto, él se quedó afuera disfrutando del sol, hasta que descubrió que estaba escondiéndome y entró a recostarse a mi lado. Por reflejo, me apoyé contra su pecho y jugué con sus dedos.
—Estoy cansada. Dormiré una siesta —le dije.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread