Capítulo 458 Señorita Esquivel, ¿qué debo hacer?
Con una mochila de alpinismo en la espalda, guie a más de una docena de hombres hacia la cima de la montaña. Cuando comenzamos a subir, se largó a llover, lo que hacía muy difícil la búsqueda. Para empeorar las cosas, el sistema de GPS ya no servía de nada porque Ezequiel no llevaba consigo ningún aparato electrónico; era probable que se hubiera librado de todos sus dispositivos por miedo a que Santiago lo encontrara.
Tras caminar unos diez minutos, llegamos a un punto donde el camino se bifurcaba. Decidimos dividirnos en dos grupos y seguimos uno por cada sendero para internarnos en la montaña. En ese punto, solo me acompañaban siete u ocho hombres. Llegar a la cima nos llevó otra media hora y estuve a punto de colapsar por la fatiga, ya que se movían demasiado rápido y debía seguirles el ritmo. En un momento en que me encontraba caminando con dificultad por culpa del impermeable, percibí movimientos delante de nosotros y me agaché deprisa.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread