Capítulo 427 Ah, es la señora Genova
Ezequiel caminaba con elegancia detrás de los guardaespaldas y se fundió con la noche mientras yo volvía y subía la colina. Una hora más tarde vi a Emilia empapada con el cabello desaliñado y una expresión de tristeza en su cara. Corrí hacia ella, la cubrí de la lluvia con un paraguas y le alcancé la ropa que le había llevado. Luego, les dio la espalda a los guardaespaldas y con una mano temblorosa, se quitó la ropa y el sostén. Luego, se abotonó el vestido con rapidez, se lo ajustó con firmeza y suspiró:
—¡Estaba helada!
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread