Capítulo 409 Santiago, herido de gravedad
Santiago nunca había perdido los estribos conmigo así. Su mirada era glacial. ¡Era como si yo hubiera dicho algo malo! Abrí la boca para decir algo, pero desistí. Cuando su cuerpo se deslizó un poco, me puse tensa al instante. Por mucho que deseara que él me soltara, más me desesperaba querer que no sintiera dolor. Con sorpresa, me preguntó:
—¿Reina, tienes miedo? —Su rostro estaba pálido al extremo y la sangre que salía de su boca me había agarrado toda la cara. Por alguna razón, me dolía tanto verlo de esa forma que mi cuerpo entero temblaba.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread