Capítulo 304 Hasta que la muerte nos separe
Para cuando me desperté al día siguiente, Santiago ya no estaba junto a mí. Sin embargo, había dejado una nota en su lado de la cama que decía «Me voy a una reunión en Eldamia, Reina». Me sorprendió que empezara a hacerme saber su ubicación. Era un hombre de palabra. En cuanto a la recompensa que había mencionado la noche anterior…
Me mantuvo despierta en la cama hasta altas horas de la noche, pero no me penetró por completo. Era casi como si tuviera miedo de algo. Sus gestos cautelosos me hicieron sospechar: me preguntaba si se habría dado cuenta de mi cirugía. No obstante, al mismo tiempo pensé que era imposible. ¡Me había asegurado de mantenerlo en secreto! Nadie sabía de mi cirugía salvo yo y unos pocos a los que les había contado. Me imaginé que podría estar preocupado por la cicatriz de mi estómago, aunque la herida ya había cicatrizado casi por completo. «Santiago es un muchacho muy cauteloso, así que debe ser eso», pensé.
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