Capítulo 128 Ella quiere nietos
Mi cuerpo estaba en un estado de éxtasis que jamás había experimentado en mi vida y dejé caer mi cabeza hacia atrás mientras que me dejaba llevar por el gozo del placer, pero Santiago no me respondió. Casi amanecía para la hora que empezamos esas actividades y no nos detuvimos hasta las 9:00 de la mañana; quedé exhausta cuando yacía en la cama como animal muerto y sin que me quedara una pizca de energía en mi cuerpo, mientras que él iba al baño para tomarse una ducha muy larga y yo casi me quedaba dormida para cuando salió, solo para despertarme un poco cuando él me abrazó de la cintura. En lo que me sostenía, acurruqué mi cabeza entre su pecho musculoso y le pregunté con un tono exhausto:
—¿A dónde fuiste ayer?
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread