Capítulo 79 ¡¿Que le dijera si necesitaba cualquier cosa?!
Tuve la peor suerte del mundo últimamente porque parecía que no paraba de ser la víctima de abusos de otras personas; ya me habían abofeteado, golpeado y cortado con un cuchillo, pero ahora, para agregar a la lista, fui salpicada con un líquido desconocido. No obstante, tuve un poco de suerte que Nicolás me abrazara justo a tiempo para protegerme; gracias a que estaba enrollada con fuerza entre sus brazos, no sufrí ningún daño, aunque estaba sentada en una posición incómoda sobre mi asiento.
El patio trasero no estaba muy bien iluminado, pero estaba tan concentrada en calmar mis miedos que, de algún modo, ignoré a Nicolás; él se arregló el saco cuando se levantó del suelo y exigió con un tono atemorizante:
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