Capítulo 861 Mimos fatales
Santiago soltó una serie de maldiciones en la puerta antes de volverse para mirar a Elena furibundo.
—¿Ahora ves quién es tu sobrino en realidad? ¡Te dije que no creyeras nada de lo que sale de esa boca suya, pero te negaste a escucharme! No me estoy haciendo más joven, pero gracias a ti, ¡tuve que arrodillarme para disculparme! ¡Cielos, casarme contigo debió ser una especie de retribución kármica por cualquier horrible mal que haya hecho en mi vida pasada!
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