Capítulo 1258 El dominante Príncipe Heredero

La cara de Edmundo, ya de por sí verde, se volvió aún más verde cuando se volteó para mirar a Mateo. No era degradante disculparse con el Príncipe Heredero. Después de todo, todos en Pedrería sabían que no se podía jugar con el Príncipe Heredero. El problema era que, si pedía disculpas a Mateo, se sentiría demasiado avergonzado para enfrentarse a cualquiera. Si se corría la voz de que se había disculpado con un yerno, ¿cómo iba a mostrarse en público en el futuro? Al ver que Edmundo permanecía en silencio, el Príncipe Heredero se enfadó de inmediato.