Capítulo 764 Negarse a irse

Después de eso, los platillos continuaron sirviéndose. Esta vez, los Campuzano se ocuparon de comer y ya no criticaron lo que les traían. Incluso devoraron la ensalada sin chistar. Resultó que los chefs famosos realmente se ganan su reputación al ser excepcionalmente buenos en su trabajo. Además, las botellas de Cheval Blanc se vaciaron sin dejar ni una sola gota. Fueron principalmente los Campuzano quienes las consumieron. Al final de la cena, Tiago y Minerva estaban tan borrachos que se les dificultaba hablar. Después de la cena, la familia Campuzano volvió una vez más a la villa de Mateo. Si bien ya les habían dado un apartamento, afirmaron que aún no estaba listo para mudarse. La situación molestó bastante a Santiago, pero él no tenía nada que decir al respecto. En el peor de los casos, les llevaría dos semanas mudarse a regañadientes de la villa de Mateo.