Capítulo 13 Todo es un malentendido
En el chalé junto al largo, Salvador Cárdenas estaba parado frente a Mateo con el rostro lleno de veneración mientras prometía:
—Señor Lara, por favor no se preocupe, ¡haré lo mejor por usted!
Mateo asintió y se despidió de Salvador, quien se retiró de inmediato después de eso. Le había llamado a Salvador para darle la tarea de investigar a Sasha. Él no quería tener una pelea con ella, pero al mismo tiempo, no estaba interesado en escuchar sus explicaciones. Por ello, decidió que Salvador llegara al fondo de todo y conseguir pruebas sólidas para poder terminar su matrimonio con una excusa justa.
Mateo recibió una llamada de Elena poco después de que Salvador se marchó.
—Mateo, mañana en la noche se celebrará el cumpleaños de Don Coronel. ¡Ve y trae el Maybach de la última vez para que nos lleves al lugar con él! —dijo Elena y después terminó la llamada de inmediato, sin darle oportunidad de hablar.
Mateo no pudo evitar sonreír con amargura mientras sostenía su teléfono en la mano. ¿Acaso él era una herramienta para los Coronel? Por un lado, estaban intentando persuadirlo demasiado para que se divorciara de Sasha, y por el otro, le estaban pidiendo que llevara el auto solo por pura vanidad para poder lucir bien en la reunión familiar.
Al pensar en sobre el día siguiente, de pronto recordó algo; ¿Que no ese mismo día era el cumpleaños de Sasha? Sasha y Don Coronel cumplían años el mismo día, pero nadie celebraba el cumpleaños de ella y enfocaban su atención en el de Don Coronel.
En los últimos años, Mateo fue al único que le importó y que lo recordó. Aunque no tenía dinero, preparaba su regalo de cumpleaños con un mes de anticipación y era muy meticuloso al crear artesanías para Sasha. Ella no los tomaba muy en serio, pero él siempre se aseguraba de hacer lo mejor posible al preparar los regalos. El resto de la familia, incluyendo sus padres, tenían toda su atención enfocada en Don Coronel.
Después, se sintió tonto por haberse esforzado tanto en los últimos tres años. A veces pensaba: «¿Todo esto vale la pena?» Sin embargo, ya no era importante porque todo terminaría pronto.
…
A las 7 de la noche siguiente, Salvador, quien había pasado una noche sin dormir, se apresuró hacia el chalé donde Mateo se estaba quedando.
—Señor Lara, ¡por fin he llegado al fondo de todo! —Había algo extraño en la expresión de Salvador, como si se estuviera conteniendo a revelarle la verdad.
—¿Qué descubriste? —preguntó Mateo con curiosidad.
—Señor Lara, creo... ¡Creo que ha malentendido a la señorita Coronel! —murmuró Salvador.
—¿En serio? —Mateo agrandó los ojos de sorpresa. ¿Cómo era eso posible? Él había visto todo con sus propios ojos y lo escuchó todo con sus propios oídos.
—Señor Lara, sé que debe estar confundido. ¿Por qué no le echa un vistazo a esto? —Salvador sacó un USB, lo insertó en la laptop y abrió uno de los videos en el archivo.
—Esta es la grabación de las cámaras de seguridad que enviaron mis hombres, y muestran el pasillo del hotel del día de ayer. Por favor eche un vistazo.
Mateo fijó su mirada en la pantalla, la cual mostraba el pasillo del piso 20 del Hotel Marriott. Se podía observar la habitación 2018 con claridad desde el ángulo de la grabación. Después de un rato, salió una pareja por el pasillo y se dirigían a la habitación 2018; el hombre era el mismo que Mateo se había topado ese día. No pudo evitar quedarse perplejo al ver a la pareja. ¿Eso significaba que el chico estuvo con otra chica dentro de la habitación ese día?
Mateo continuó viendo la grabación y después de un momento, vio a Sasha caminando por el pasillo. Ella llegó a la habitación y tocó la puerta antes de que el hombre la abriera para invitarla a pasar. Al final de la grabación, Mateo se vio a sí mismo en la pantalla pues en efecto, había seguido a Sasha hasta ahí. Se quedó atónito al darse cuenta de que la chica que estaba con el hombre hace un momento no había salido de la habitación. En ese caso, ¿eso quería decir que había un hombre y dos mujeres dentro de la habitación Después, se podía ver a Mateo dejando el pasillo. Poco después de eso, se abrió la puerta de la habitación de repente y Sasha salió corriendo. Lucía furiosa, con los ojos rojos mientras caminaba al final del pasillo y bajaba las escaleras.
Mateo agrandó los ojos de sorpresa. Sasha había salido de la habitación después de pasar solo dos minutos adentro. «¿Eso significa que la voz que escuché no era de ella?» La grabación continuó y se podía observar a Mateo caminando por el pasillo de nuevo después de un momento, y luego entró a la habitación junto a la 2018. Incluso recordaba cómo había escuchado los gemidos que venían de esa habitación después de eso. En ese momento, él pensaba que Sasha estaba dentro de ella, pero al parecer, no era nada más que un malentendido porque la mujer dentro de la habitación no era Sasha. En el momento oportuno, Salvador adelantó la grabación mientras se veía a la gente ir y venir por el pasillo. Luego de más de una hora, la puerta de la habitación 2018 volvió a abrirse cuando la pareja salió de la habitación abrazada. Después, Salvador explicó más en voz baja:
—Le pedí a alguien que investigara el asunto del teléfono de la señorita Coronel. Rastreamos el registro de llamadas y descubrimos que había algo extraño con eso desde hace unos días. Aunque usted intentó llamarla cientos de veces, su teléfono no podía recibir ninguna de sus llamadas.
—¿Qué pasaba con el teléfono? —insistió Mateo, impactado por lo que acababa de escuchar.
—Hice que lo investigaran y encontré que alguien había manipulado su teléfono para activar la función de desvió de llamadas. Solo las llamadas de usted se desviaban a otro número, mientras que el resto de las llamadas de otros no se vieron afectadas. También pudimos rastrear al dueño de ese número, ¡y descubrimos que es de una persona llamada Francisco Cuevas!
Mateo, quien lucía agitado, por fin se enteró de la verdad. ¡Con razón Francisco le contestó aquel día pues todas sus llamadas se habían desviado a su número! En realidad, Sasha no se había negado a contestarle. Era solo que no las había recibido porque al parecer, ¡todas se desviaron al número de Francisco!
—Pero vi que alguien le envió un mensaje... —dijo Mateo enseguida.
—Señor Lara, después de descubrir la función de desvío de llamadas, nos dimos cuenta de que alguien había estado manipulando su teléfono. Al último, confirmamos que su cuñada, Demetria Coronel, era quien había planeado todo. Como la hermana de su esposa, era lo más conveniente que ella estuviera en contacto con el teléfono de Sasha. Además, el mensaje que usted vio lo envió ella. Es por eso por lo que a propósito le pidió que le llevara su teléfono, para que viera el mensaje a tiempo. Ella también fue quien puso la caja de condones en la mochila de su esposa. Después, ella tomó la mochila y tiró la caja de condones luego de que usted la vio para que Sasha no sospechara de nada.
—¿Cómo consiguió toda esta información? —preguntó Mateo, atónito.
—Atrapamos y detuvimos a Liam Hurtado, el esposo de Demetria Coronel. Él nos dijo todo. De hecho, gran parte del plan también fue idea suya y fue él quien hizo que su esposa regresara a la ciudad junto con Francisco Cuevas. Justo un día antes de que Sasha regresara, él le pidió a Francisco Cuevas que fuera a la ciudad donde Sasha estaba en su viaje de negocios. Luego, compró un boleto para el mismo avión donde ella viajaría para que pudieran volver juntos a Eastcliff. En realidad, su esposa no tuvo ninguna interacción con Francisco Cuevas. Él estaba en Eastcliff antes de eso.
Mateo pensó en lo que había sucedido ayer; casualmente, Demetria le había pedido que le llevara su teléfono y así notó la caja de Durex que había en la mochila de Sasha, la cual después Demetria se llevó. En ese momento, él supuso que Demetria estaba ahí para encubrir los asuntos de Sasha. Hasta ahora se había dado cuenta de que en realidad había malinterpretado a Sasha y todo había sido planeado por Demetria desde el principio. ¡Era su plan para hacer que discutieran! De pronto, Mateo sintió un dolor punzante en su corazón. Resultó que todo este tiempo, había malinterpretado a su mujer.
—Pero ¿por qué hicieron eso? —preguntó Mateo frenéticamente.
Salvador suspiró y explicó con un tono suave:
—Señor Lara, tal vez usted aun no lo sepa, pero los Coronel han estado tratando de persuadir a su esposa para que lo deje por un hombre mejor. Sin embargo, su esposa les ha dejado claro que usted ha estado sufriendo más que ellos al vivir en casa de su familia. Ella pensó que le debía un gran favor al elegirlo en aquel entonces, haciendo que sufriera toda la humillación a la que se enfrenta ahora. Por lo tanto, ella no lo dejará mientras usted no le pida el divorcio.
Los ojos de Mateo se pusieron rojos, sintiéndose extremadamente culpable. A pesar de lucir fría e inalcanzable, Sasha siempre había tenido un corazón de oro. Por ello, él sabía que ella nunca lo le diría palabras crueles de frente. Sin embargo, ¡era bastante obvio que en el fondo ella lo consideraba su esposo!
En ese momento, el teléfono de Mateo comenzó a sonar; era una llamada de la arrendadora.
—¿Qué quiere? —dijo Mateo, furioso.
—Se... señor Lara... —La voz temblorosa de la arrendadora sonó desde el teléfono—. Lo siento mucho, yo... tengo una cantidad de dinero... que debo regresarle...
—¿Qué dinero? —preguntó Mateo con el ceño fruncido.
—Es... es de su esposa, la señorita Sasha Coronel. Ella me ha estado dando una cantidad de dinero cada año para pagar su renta y me pidió que no le dijera. Pero... fui codiciosa y decidí quedarme con el dinero...Me he dado cuenta de mi error y le regresaré su dinero. ¿Pue... puede no demandarme, por favor?
Al escuchar eso, Mateo se quedó completamente desconcertado. Lo único que quería era romper en llanto en ese momento. Aunque parecía que Sasha lo trataba con mucha frialdad, ¡ella en realidad se preocupaba por él e incluso lo ayudó en secreto en los últimos tres años! No solo él no tenía idea de lo que ella había hecho por él, sino que también malinterpretó todo y pensó que le había sido infiel.
—Señor Lara... —continuó Salvador en voz baja—. También investigamos al hombre con el que su esposa se encontró en el Hotel Marriott el día de ayer... En realidad, su esposa comenzó a contactarlo hace mucho tiempo porque su médula ósea era adecuada para su hermana. Su esposa acaba de juntar una cantidad de dinero que preparó para ofrecerle al hombre y convencerlo de que donara su médula ósea a su hermana. Eso es lo que discutió ayer en el hotel...
—¡¿Qué cosa?! —Mateo agrandó los ojos mientras que el dolor en su corazón crecía.
Salvador continuó:
—Puede que la señorita Coronel haya malversado las acciones de la empresa para eso, y su familia la está haciendo responsable por de ello. No solo la han despedido, sino que también quieren que pague 3 millones de compensación. La señorita Coronel está en un gran problema en este momento. Para juntar ese dinero, fue a varios bancos el día de ayer, pero nadie quiso prestarle ni un centavo. Incluso fue con un usurero después. Parece que está en un punto muerto en este momento...
—¡Basta! —Mateo se levantó de golpe y exigió con los dientes apretados—. ¿En dónde está en este momento? ¡Dime! ¡¿En dónde está?!
Mateo se sentía miserable y culpable, y solo deseaba poder golpearse a sí mismo. En ese momento, lo único que quería era localizar a Sasha, ponerla entre sus brazos y nunca soltarla de nuevo.
—Fue a la residencia de los Coronel pues esta noche se celebra el cumpleaños de Don Coronel. Tal vez quiere estar ahí para rogarle por más tiempo para juntar el dinero —dijo Salvador.
—¡Consígueme un auto y llévame a la residencia de los Coronel! —dijo Mateo con los puños apretados—. ¡Y dile a Guillermo Navarro que hay algo que debe hacer por mí!