Capítulo 2599 Defensa de la Liga Marcial
—Señor Ibarra, soy consciente de que mis fuerzas no pueden competir con las suyas, pero también reconozco que es usted un hombre de grandes ambiciones —dijo Estefan con tono conciliador—. Este derramamiento de sangre sin sentido solo nos perjudicará a ambos. ¿Qué le parece si nos permite marcharnos a todos? Yo, Estefan, le juro solemnemente que jamás volveré a pisar Hena.
Valentín, al otro lado, estalló en una carcajada burlona.
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