Capítulo 826 Déjame mostrarte algo

Después de arreglar todo, Mateo regresó a la casa de Ana. Por supuesto, sólo le contó que un orleanés dejó sus ciempiés en ese lugar de forma accidental en lugar de decirle toda la verdad. Después de haberlo escuchado, Ana por fin se sintió aliviada, sin embargo, insistió en cambiar de lugar y llevar a su amiga de regreso a la ciudad. Más allá de la necesidad de hacerle más preguntas, ya estaba traumatizada a causa de su pesadilla suburbana. Mateo no la detuvo, ya que sabía que, si los setenta y dos líderes del clan estaban en Ciudad Peña, también podrían comenzar a criar criaturas venenosas en los suburbios. Al darse cuenta de que las criaturas que trajeron consigo podrían morir de hambre si no las alimentaban, parecía que los suburbios de Ciudad Peña ya no eran un lugar seguro.