Capítulo 1846 ¡Diles que he vuelto!
La sangre se escurrió de la cara de Santino cuando Tamir citó su conversación anterior. Se arrodilló en el suelo y suplicó clemencia a Mateo, pero éste ya había entrado en Jardín Lakeside sin siquiera mirar atrás.
Tamir y sus hombres avanzaron y se llevaron a rastras a los miembros de la Familia Sotelo. Si hubo protestas por lo de golpe que los estaban tratando, fueron rápido acalladas. Algunos de ellos quisieron resistirse y huir, pero fueron rápido acobardados por los subordinados de las prominentes familias que estaban junto a ellos, por lo que nadie se atrevió a resistirse a la captura.
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