Capítulo 3092 Vámonos
Rigoberto vio que la otra parte le ignoraba y sintió que sus puños habían fallado. Se sintió muy incómodo. Al ver las débiles sonrisas de sus compañeros, se sintió humillado.
—Eh, chaval, ¿estás sordo? —espetó, alargando la mano para empujar al chico que no sabía cuál era su sitio.
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