Capítulo 669 ¿Admites la derrota?

Después de escuchar las palabras de Mateo, Hernán y los demás, que estaban sentados a cierta distancia, rieron con fuerza. Al principio les preocupaba que Ambrosio ayudara a Mateo, sin embargo, parecía que Ambrosio trataba a Mateo con desdén. Entonces supieron que no tenían nada de que temer. —¡Oye, niño bonito, no hay necesidad de estar tan desesperado! ¿Acaso no es agradable vivir de las mujeres? Señor Folguera, por favor sea misericordioso y no le lastime la cara. Después de todo, ¡depende de su rostro para ganarse la vida!