Capítulo 2351 La orden de Pontevedra
Al cabo de un rato, Mateo jadeaba pesadamente y ya estaba cubierto de sudor. Aunque sólo había sufrido heridas leves, estas seguían agotando su fuerza física.
―Señor Lara, ríndase ya. Si sigue así, sólo conseguirá agotarse. No queremos hacerle daño ―le advirtió Kenzo.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread