Capítulo 304 La furia de Mateo

El rostro de Mateo se oscureció por un segundo. Los Herrera de verdad habían llevado esto demasiado lejos. Sin dudarlo, desplazó sus manos hacia atrás y agarró las manos del hombre que había abofeteado a Tiger, a la par que ejecutaba un truco rompe huesos y tendones. Se escuchó cómo se dislocaban todos los huesos del hombre, desde la muñeca hasta su hombro. Después de eso, Mateo le aterrizó una patada en el pecho y lo envió volando hacia atrás, lo que hizo que todos sus compañeros cayeran al piso. Sin detenerse, dio un paso al frente y apretó su puño derecho antes de usarlo para golpear en la cara a otro de los guardaespaldas. El hueso del puente de su nariz se rompió al instante con ese puñetazo y la mitad de sus dientes se cayeron debido al impacto; la sangre escurría de su boca y nariz. Mateo movió sus extremidades tan rápido como una ráfaga de viento y derribó al resto de los hombres en un instante. Todos los que estaban alrededor sólo vieron qué tan agresivo era en sus ataques, pero desconocían que los guardaespaldas de Tadeo estaban todos entrenados en las artes marciales. Tadeo se quedó estupefacto porque sabía que cualquiera de sus hombres solía poder manejar y enfrentarse a cinco o seis personas a la vez. Pero ahora, ninguno de ellos había podido contra Mateo solo. ¿Qué tan aterrador era eso? En ese momento, Mateo llegó al sitio donde Tadeo estaba parado. Este último se encontraba tan aturdido y aterrado por el poder de Mateo que dio un paso atrás y preguntó con voz cortada: