Capítulo 97 Trescientos millones en honorarios
El señor Guevara hizo todo lo posible por suprimir su ira antes de llamar a Mateo. Luego, se disculpó repetidas veces y le rogó a Mateo que salvara a su hijo. Mateo no odiaba a Timoteo, así que corrió directo al hospital. Tan pronto como Timoteo lo vio, se apresuró y se inclinó ante él.
―Señor Lara, me disculpo sinceramente por todo lo que mi esposa le ha hecho. No sabía que me estabas buscando y no tenía idea de que ella tuvo la audacia de tratarlo groseramente. Es culpa mía. Señor Lara, por favor, perdóneme.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread